El 20 de Noviembre, la derecha consiguió con una mayoría absoluta unas cuotas de poder que rara vez obtiene un partido político en un Estado democrático.
Correspondería pues felicitar al PP por su victoria, sin embargo, no creemos que su actitud haya sido digna de felicitación. Tras una campaña donde ha rehusado los debates al máximo, las preguntas de los periodistas y los internautas, Mariano Rajoy apenas ha conseguido aumentar el número de votos para su partido. La mayoría absoluta del PP no es pues, mérito suyo. Consideramos que estas elecciones no suponen una victoria popular, sino una gran derrota de nuestro partido. El hecho de que el PP tenga una mayoría absoluta tan amplia con menos votos que los que dieron una mayoría relativa del PSOE en las anteriores elecciones del 2008 es una prueba de ello.
Las Juventudes Socialistas de Vicálvaro estamos orgullosos del trabajo que hemos realizado junto con el Partido en nuestro distrito. La participación de la gente, su esfuerzo diario, sus ganas de ganar son de verdad lo que nos llena de un orgullo y una satisfacción mayúsculas.
Queremos dar las gracias también al titánico esfuerzo que ha realizado nuestro candidato Alfredo Pérez Rubalcaba. Agradecemos el esfuerzo que ha realizado, pues se ha visto obligado no a uno, sino a tres objetivos. Tres, porque se ha visto obligado a explicar una herencia que sigue sin querer ser oída, nuestro programa, y el programa del PP.
No creemos que sea lógico que gane un partido con un programa tan ambiguo que consta de páginas en las que literalmente no reza una medida. Un partido cuyos militantes ni se atreven a reconocer que son de derechas y se llaman de todo, incluso "socialdemócratas", lo hemos podido comprobar este domingo. Esa derecha traumatizada por su carácter bipolar, de la extrema derecha al centro, pasando por el franquismo trasnochado. Nos parece erróneo que se nieguen a hablar con el partido que más escaños ha conseguido de la sociedad vasca, Amaiur.
No sabemos cómo dicen que quieren generar confianza si no se sabe lo que van a hacer de verdad. No sabemos como hablan de control del déficit y despilfarro socialista cuando gobiernan Madrid y Valencia, mientras el Gobierno Socialista tiene una deuda pública del 60%, inferior al 80% de Francia o Alemania, y al 120% de Italia, todas ellas en manos de sus socios. Llevamos años de recortes, esto no es un cambio en política económica, lo será sólo si el Partido Socialista Europeo gana en Europa en las próximas elecciones, el PS en Francia y la SPD en Alemania.
Hemos de felicitar a los partidos que sí que han luchado en estas elecciones, consiguiendo un avance significativo, como IU o Equo, considerando una lástima que no haya conseguido ningún escaño la formación ecologista. No así UPyD, que ocultando sus medidas neoliberales ha conseguido un gran avance en votos bajo una falsa imagen, gracias a la militancia de Rosa Diez en el PSOE, esto es, una imagen de socialdemocracia y de diálogo que no son en realidad. Si tanto odia Rosa Diez a los nacionalistas, le pediríamos que dejase de cobrar como ex consejera de un gobierno del PNV por parte del PSE-EE.
Los electores han mandado un claro mensaje al Partido Socialista Obrero Español, un mensaje que nosotros hemos oído, lo entendemos e incluso lo compartimos en gran medida. JSV cree que es necesaria una renovación del Partido, en clave ideológica y formal. Hace falta volver a redefinir nuestra esencia socialdemócrata, en las vías en las que ya estaba encarrilado nuestro programa electoral en estas elecciones. El Partido adolece de un aparato que se ha alejado demasiado de los militantes y de la ciudadanía. Creemos pues firmemente en una renovación surgida entre varios proyectos. Una vez elegido nuestro proyecto, llevarlo a cabo y no dar bandazos. El PSOE no está muerto. Nosotros seguiremos peleando por lo que creemos, ante tantos Gobiernos de derechas que como el del Señor Mas en Cataluña parecen empeñados en quitar derechos y recortar servicios a costa de los ciudadanos. No aceptaremos una medida que sea aprobada unilateralmente haciendo uso de su mayoría que vaya contra los derechos de los ciudadanos.