miércoles, 9 de noviembre de 2011

Debate Rubalcaba vs Rajoy

Desde Juventudes Socialistas de Vicálvaro analizamos el debate.
Ante el debate que se ha organizado este Lunes entre Alfredo Pérez Rubalcaba y Mariano Rajoy, Juventudes Socialistas de Vicálvaro entendemos que no se ha hecho sino quedar patentes las profundas diferencias entre los dos Partidos.

Para empezar, de forma global, quedó claro que el candidato Rajoy no se conoce ni su programa, también hay que disculparlo, pues aprenderse lo que le escriben sus socios europeos y sus amigos banqueros (y bankeros) no debe ser fácil. Sin embargo Alfredo Pérez Rubalcaba demostró un amplio conocimiento de ambos programas, pues manejaba con solvencia los dos textos, y los tenía a mano, no como Rajoy que fue al debate sin el suyo. Será por eso que Rajoy necesitó mirar sus notas 585 veces frente a las 48 de Rubalcaba. Eso sí, felicitamos a Rajoy por llevar sus apuntes mecanografiados y no manuscritos, así pudo entenderlos bien.

En la primera parte del debate, quedó claro que lo que Rajoy propone no es sino continuidad. El eslogan de su campaña es pura demagogia, pues lo poco que se escuchó en boca del candidato de la derecha fueron reiteradas alabanzas al sistema neoliberal, sistema que domina en Europa, y a las políticas de sus compañeros de partido Merkel y Sarkozy, que han impuesto la política de recortes del déficit que impide al Estado gastar para invertir en la economía y crear empleo, lo que haría disminuir el paro, reactivaría el consumo de esos hogares con nuevos sueldos, y por fin reactivaría pues la actividad empresarial española. No creemos justo que hable de crear empelo el partido que está despidiendo funcionarios allá donde gobierna. En claro contraste, Rubalcaba hizo valer nuestra esencia socialdemócrata y prometiendo una rectificación de la política de estos últimos años, propuso toda una batería de medidas destinadas a promover la creación de empleo, sobre todo el juvenil, y además, al contrario que su contrincante, especificó cómo se van a financiar, esto es, creando en España un impuesto a las grandes fortunas (que recordamos no es lo mismo que el del patrimonio), que ya han instalado más países demostrando su eficacia recaudatoria, y un impuesto a los bancos, como el que el PSE lleva años pidiendo en Europa.

En la segunda parte, si bien no difería mucho de la primera puesto que Mariano Rajoy se empeñaba en seguir con los 5 millones de parados, trataba sobre las políticas sociales. Una vez más se manifestaron las profundas diferencias entra aquel que no cree en las políticas sociales, que se refería al empleo como única vía para acceder a la Sanidad y la Educación de calidad, y que quiere políticas de excelencia para unos pocos y lo que sobre, para los demás. A pesar de no estar claro en su programa, no hacía falta, pues ya se ve en Comunidades con gobiernos del PP cómo defienden lo público a capa y espada. Y una vez más Rubalcaba evidenció que el PP no cree en lo público, como demuestran todos los recortes que el PP hace en educación y sanidad en Madrid, Castilla-La Mancha o Valencia; en vez de los aumentos de esas partidas que efectúa el PSOE en Andalucía. Por eso serán tan dados a dividir España criticando a los Andaluces.

Y en la parte final, Rajoy demostró que tampoco cree en la igualdad. Expuso el "no soy machista porque tengo colaboradoras" que sonó cómo un "no soy homófobo porque tengo amigos maricones", amigos que él no quiere que se puedan casar, al negarse a retirar el recurso que presentó ante el Tribunal Constitucional. Y antes las evidentes carencias de nuestro sistema democrático, Rajoy no propuso estrictamente nada, mientras Rubalcaba proponía numerosas ideas para acercar la política al ciudadano y mejorar la calidad democrática y la representatividad de nuestras instituciones. 

Por lo que vimos ayer no hacemos sino reafirmarnos en nuestro compromiso de hacer todo lo posible, y también lo imposible, para defender el programa del PSOE y el avance de nuestro país, de los ciudadanos. Critican sin proponer, pero se olvidan que es su ideología la que ha hundido Grecia, Italia, o Irlanda. Es su ideología la que no nos deja invertir para crear empleo. Zapatero, como el socialista Papandreu, han demostrado que no se aferran al poder, dimitiendo sin estar obligado, no como Berlusconi o Camps, que dimiten sólo cuando no les queda otra salida. Hay que votar al PSOE para defender el sistema del Estado de Bienestar, para que cuando el Partido Socialista en Europa vuelva a Gobernar entre los 27 de forma mayoritaria, no se haya retrocedido ni un ápice en nuestra calidad de vida más de lo necesario. Para la justicia Social, para seguir avanzando en derechos, para acabar definitivamente con ETA, Ahora Rubalcaba, sí. Vota PSOE. 



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